La seguridad de la fruta comercializada ya cortada y envasada depende de la higiene de la manipulación a que se ha sometido.

Si, por ejemplo, el manipulador la corta con un cuchillo sucio o la piel exterior está contaminada, cuando se trocea se introducen microorganismos al interior del alimento.

La piel de la fruta es el mejor envoltorio para protegerla de los contaminantes externos.

La pieza entera es más segura para nuestra salud que la fruta troceada envuelta en embalaje de plástico (y, de paso, generamos menos contaminación del medioambiente).

Se puede leer una información muy detallada sobre este tema en un reciente artículo del blog Maldita Ciencia aquí